10th Deep Space Legion – Flota Independiente de Elite Dangerous

Los restos del Titán Cocijo en Sol atraen multitudes de comandantes

Los restos de Titan Cocijo, flotando en lo alto sobre la Tierra, en el sistema Sol, se han convertido en una verdadera atracción para miles de pilotos durante las últimas semanas.

Después de los eventos de diciembre del 3310 —cuando un esfuerzo conjunto entre la Federal Navy, la Pilots’ Federation y cientos de comandantes independientes logró destruir al último Titán Thargoide activo— el lugar se transformó en un imán para curiosos, científicos y exploradores. La caída del Cocijo fue confirmada oficialmente el 18 de diciembre del 3310, marcando un hito clave en la Segunda Guerra Thargoide.


Pilotos acuden en masa a explorar los restos

Un artículo reciente de Jason Nygaard, del Federal Times, pone el foco en el fenómeno:

“Miles de naves han descendido sobre los restos del Titan Cocijo, ahora que la nube cáustica generada tras su destrucción se ha disipado lo suficiente como para permitir el acceso. Algunos buscan llevarse un trofeo de esta victoria militar, otros quieren estudiar la tecnología Thargoide de cerca. Y no falta quien esté simplemente sacándose selfies con los módulos de cámara externa para subir a ICE.”

A pesar de los intentos de las autoridades federales por restringir el acceso, citando razones de seguridad militar y riesgo biológico, la zona sigue abierta de facto. Hay reportes de situaciones similares en otros sistemas con restos de Titanes, donde el control sigue siendo más simbólico que real.


Un memorial para los caídos

Como homenaje a quienes dieron la vida durante la Batalla de Sol y a lo largo de toda la guerra, se instaló una baliza conmemorativa en el sistema. Este tributo busca honrar el valor y la entrega de todos los pilotos, marines y ciudadanos que se enfrentaron a la amenaza alienígena por el bien de la humanidad.


¿Por qué importan los restos del Cocijo?

Para muchos comandantes, el Cocijo no es solo un trozo de chatarra alienígena flotando en órbita. Es una oportunidad única de estudiar tecnología Thargoide en estado puro, sin filtros ni simulaciones. Es un punto de encuentro para científicos, exploradores, historiadores y veteranos que vivieron en carne propia la guerra.

Pero también es un símbolo: una prueba tangible de que, incluso frente a una amenaza existencial como los Titanes Thargoides, la humanidad resistió y venció. Esa nave cayó. Y eso dice algo.

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